martes, 18 de agosto de 2009
martes, 11 de agosto de 2009
GRUPO DE REFLEXION RURAL
ALGUNAS DEFINICIONES FRENTE A LA LLAMADA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
En el gran tema actual de la Biotecnología, una cuestión escasamente discutida y prácticamente ignorada, refiere al avance de los derechos de propiedad intelectual y, más precisamente, a la aplicación de los patentamientos industriales a organismos vivos (tanto a plantas, animales, microorganismos, como a genes y hasta material genético humano). Esta problemática desafía de manera evidente parámetros éticos fundamentales sobre los que se han basado hasta el presente las sociedades humanas; y comprende varias cuestiones interrelacionadas, que dan forma al paradigma de lo que se conoce como la “Sociedad del Conocimiento”:
1) La apropiación privada del conocimiento resultante de la investigación científica. Ese conocimiento deja de ser un bien público para convertirse en un bien privado que se vende y se compra en el mercado, como una mercancía más, que cotiza en las bolsas de valores.
2) El bloqueo de la investigación científica en general, debido a la cantidad de elementos patentados por las grandes corporaciones de la Biotecnología, bloqueos que dificultan la realización de otras investigaciones;
3) El uso y abuso de las patentes para lograr mantener los controles del mercado, prácticas ensayadas de manera profusa por la industria farmacéutica y que hoy en día se extienden a la biotecnología y en general a la biotecnología agrícola;
4) La manipulación de los poderes del Estado en función de los intereses económicos, a través de legislaciones específicas que promueven o facilitan la instalación del modelo biotecnológico, tal como la Ley de promoción de la Biotecnología, así como de la Ley de Promoción de los Biocombustibles, en el caso de nuestro país. Esto ha implicado el rediseño de las políticas científicas, orientando fondos y recursos humanos hacia la investigación biotecnológica patentable, en claro y fuerte detrimento de otras disciplinas;
5) La imposición de un modelo del Agronegocio y de cadenas agro alimentarias, ha facilitado que la alimentación y la salud de la población, sean controladas por unas pocas corporaciones con poderes económicos y políticos superiores al del Estado mismo. Esas cadenas se complementan con el supermercadismo, la centralización de los mercados y el peso creciente de la intermediación. Desaparecen las ferias y los pequeños centros de comercialización, también desaparecen del mercado los alimentos frescos y los no procesados;
6) El establecer políticas de Estado por encima de los gobiernos, para una creciente pérdida de la Soberanía Alimentaria, mediante legislaciones que estimulan la producción de agrocombustibles, bioplásticos y otros bienes comerciables a partir de OGM, en detrimento de la producción de alimentos para las poblaciones;
7) La consolidación de un modelo científico de apropiación del conocimiento a todos los niveles académicos, mediante la firma de convenios de cooperación y de confidencialidad entre universidades nacionales, el INTA y el CONICET, con corporaciones multinacionales;
8) La formación de los científicos jóvenes, en el marco de nuevas prácticas científicas orientadas al mercado y motivadas en mayor medida, por la firma de convenios con las multinacionales, a la vez que, la aceptación de onerosos equipamientos provenientes de las empresas. Tal como es de público conocimiento, este proceder de corporaciones como Monsanto y muchas otras empresas en la Argentina, condicionan esas prácticas científicas, tanto como los resultados de las investigaciones, en total detrimento de la antigua noción de ciencia puesta al servicio de sociedad.
9) La fragmentación de los procesos científicos y tecnológicos, con arreglo a un diseño de ensamblado industrial de los conocimientos en general y de la aplicación de los paquetes tecnológicos biotecnológicos, en particular, que facilita que los diferentes actores no se sientan responsables de las “externalidades” del proceso, es decir de los impactos sobre el medio ambiente y la sociedad que se producen como resultado de la acción del conjunto. Estas políticas se complementan con un rol del Estado, en que actúa como mero legitimador de los procesos y políticas públicas que diseñan las empresas.
Estas son algunas características que muestra el ingreso a un estadio denominado y promocionado como "sociedad del conocimiento", resultado de la constitución de una ciencia empresarial que privilegia ciertos saberes y algunas tecnologías, por ejemplo la tecnología transgénica, distante de los intereses generales y de toda necesidad social, bajo el criterio de la ganancia empresarial y del control de la vida y de los alimentos, en detrimento de otros saberes, de otras tecnologías, de los ecosistemas, de la sociedad, y del patrimonio intelectual y cultural de los pueblos.
GRR Grupo de Reflexión Rural
Julio de 2009 www.grr.org.ar
1) La apropiación privada del conocimiento resultante de la investigación científica. Ese conocimiento deja de ser un bien público para convertirse en un bien privado que se vende y se compra en el mercado, como una mercancía más, que cotiza en las bolsas de valores.
2) El bloqueo de la investigación científica en general, debido a la cantidad de elementos patentados por las grandes corporaciones de la Biotecnología, bloqueos que dificultan la realización de otras investigaciones;
3) El uso y abuso de las patentes para lograr mantener los controles del mercado, prácticas ensayadas de manera profusa por la industria farmacéutica y que hoy en día se extienden a la biotecnología y en general a la biotecnología agrícola;
4) La manipulación de los poderes del Estado en función de los intereses económicos, a través de legislaciones específicas que promueven o facilitan la instalación del modelo biotecnológico, tal como la Ley de promoción de la Biotecnología, así como de la Ley de Promoción de los Biocombustibles, en el caso de nuestro país. Esto ha implicado el rediseño de las políticas científicas, orientando fondos y recursos humanos hacia la investigación biotecnológica patentable, en claro y fuerte detrimento de otras disciplinas;
5) La imposición de un modelo del Agronegocio y de cadenas agro alimentarias, ha facilitado que la alimentación y la salud de la población, sean controladas por unas pocas corporaciones con poderes económicos y políticos superiores al del Estado mismo. Esas cadenas se complementan con el supermercadismo, la centralización de los mercados y el peso creciente de la intermediación. Desaparecen las ferias y los pequeños centros de comercialización, también desaparecen del mercado los alimentos frescos y los no procesados;
6) El establecer políticas de Estado por encima de los gobiernos, para una creciente pérdida de la Soberanía Alimentaria, mediante legislaciones que estimulan la producción de agrocombustibles, bioplásticos y otros bienes comerciables a partir de OGM, en detrimento de la producción de alimentos para las poblaciones;
7) La consolidación de un modelo científico de apropiación del conocimiento a todos los niveles académicos, mediante la firma de convenios de cooperación y de confidencialidad entre universidades nacionales, el INTA y el CONICET, con corporaciones multinacionales;
8) La formación de los científicos jóvenes, en el marco de nuevas prácticas científicas orientadas al mercado y motivadas en mayor medida, por la firma de convenios con las multinacionales, a la vez que, la aceptación de onerosos equipamientos provenientes de las empresas. Tal como es de público conocimiento, este proceder de corporaciones como Monsanto y muchas otras empresas en la Argentina, condicionan esas prácticas científicas, tanto como los resultados de las investigaciones, en total detrimento de la antigua noción de ciencia puesta al servicio de sociedad.
9) La fragmentación de los procesos científicos y tecnológicos, con arreglo a un diseño de ensamblado industrial de los conocimientos en general y de la aplicación de los paquetes tecnológicos biotecnológicos, en particular, que facilita que los diferentes actores no se sientan responsables de las “externalidades” del proceso, es decir de los impactos sobre el medio ambiente y la sociedad que se producen como resultado de la acción del conjunto. Estas políticas se complementan con un rol del Estado, en que actúa como mero legitimador de los procesos y políticas públicas que diseñan las empresas.
Estas son algunas características que muestra el ingreso a un estadio denominado y promocionado como "sociedad del conocimiento", resultado de la constitución de una ciencia empresarial que privilegia ciertos saberes y algunas tecnologías, por ejemplo la tecnología transgénica, distante de los intereses generales y de toda necesidad social, bajo el criterio de la ganancia empresarial y del control de la vida y de los alimentos, en detrimento de otros saberes, de otras tecnologías, de los ecosistemas, de la sociedad, y del patrimonio intelectual y cultural de los pueblos.
GRR Grupo de Reflexión Rural
Julio de 2009 www.grr.org.ar
Jorge Rulli (extracto) 9 de agosto 2009
...No existen planes exitosos que puedan aliviar la extendida desnutrición de gran parte de la niñez argentina, y no existen ni pueden existir, por más dinero que se invierta en ayuda alimentaria. No existe subsidio ciudadano alguno que pueda solucionar tanta miseria e injusticia social, si no desmantelamos el modelo del Agronegocio, si no le ponemos límites a la sojización, si no impulsamos planes de repoblamiento del territorio. Dejemos de pensar en proyectos de obra pública, que tantos sucios negocios posibilitan, reconstruyamos los ferrocarriles para el transporte de pasajeros y respaldemos el retorno de las poblaciones a sus provincias, con leyes que los protejan de los monocultivos y de las fumigaciones. Pintemos de rojo el territorio para que no se continúe deforestando y respetemos la vida de los pueblos a los que el Agronegocio los privó del hábitat mismo, de sus ecosistemas, no tan solo del agua y de la tierra. Permitamos la comercialización de leche fresca en todo el territorio y reabramos los mataderos municipales para las faenas locales de ganado y de aves de corral, habilitemos en cada localidad ferias de productores para el consumo fresco de alimentos sin procesamiento industrial alguno y aseguremos zonas cada vez mayores para los cultivos agrícolas que sirvan al mercado interno y en especial que nos permita volver a tener la ganadería pastoril que recupere los suelos destruidos por el monocultivo y por la sobre saturación de tóxicos de la agricultura. Recojamos por último, las viejas banderas, esas de las que ya no hablamos y que durante muchos años guiaron el camino de los argentinos: la Soberanía Política, la Independencia económica y la Justicia Social. Recién entonces, cuando lo hayamos hecho, el circo dejará de serlo y tal vez Aguinis y el resto, tengan razón en preocuparse, porque habremos abandonado el territorio del mero simulacro, de las máscaras, de las complicidades y connivencias entre izquierdas y derechas, para avanzar en un proceso verdadero de emancipación nacional…
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